Hace ya algunos años, la fundación telefónica decidió poner en marcha un programa de RSC consistente en que las familias cercanas en primer grado de aquellos cooperantes en países en vías de desarrollo y pertenecientes a determinadas ONG, tuvieran la posibilidad de  comunicarse con los mismos a través de conferencias internacionales sin coste alguno para ellos con el fin de felicitarles las fiestas navideñas, este programa no contaba en principio con la aprobación del departamento de recursos humanos ya que suponía una variación sobre las horas de trabajo de las operadoras de internacional, y aduciendo que el mismo supondría una ampliación de su horario habitual, se solicitó sin embargo, realizar una comunicación escrita a las posibles afectadas por este programa y el resultado final es que el programa en cuestión se realizó y continúo realizándose en los años posteriores, sin problema de gestión ni protesta por el aumento de las horas, pero lo que no se ha llegado a saber es que la operadoras de internacional no quisieron cobrar sus horas extras y la compañía decidió donar ese importe a las ONG cooperantes en el mismo. La lectura en este caso es que la fuerza de la RSC transmitida a través de la fundación corporativa es imparable y nos lleva a una fidelización de nuestro personal que no podríamos esperar de otro modo.

 

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